Fe, esperanza y segundas oportunidades: el compromiso mercedario en las cárceles panameñas
La Ministra Dinoska Montalvo reconoce el trabajo transformador de los mercedarios en los centros penitenciarios
En el marco del programa «Patria y Libertad», la Ministra de Gobierno, Dinoska Montalvo, rindió un emotivo reconocimiento a la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Panamá, destacando su compromiso constante con la dignidad humana y la promoción de las segundas oportunidades.
Este programa, impulsado a través de la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP), busca la reinserción efectiva de las personas privadas de libertad mediante oportunidades de trabajo, educación y capacitación.
Durante el acto, la Ministra subrayó el trabajo silencioso, compasivo y esperanzador que los agentes de pastoral realizan en los centros penitenciarios del país. A través de su acompañamiento espiritual y humano, contribuyen a que las personas privadas de libertad encuentren caminos de reconciliación, perdón y crecimiento personal.

La Pastoral Penitenciaria, inspirada en el carisma mercedario de redimir y liberar, agradeció el gesto del Ministerio de Gobierno, señalando que este reconocimiento fortalece su misión evangelizadora y su compromiso con los más necesitados.
«Este respaldo institucional nos impulsa a seguir siendo una Iglesia abierta para todos, especialmente para quienes buscan reconstruir sus vidas con fe y esperanza», expresaron los representantes de la pastoral.
Por su parte, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, O.S.A., Arzobispo de Panamá, enfatizó el valor de creer en las segundas oportunidades: «Trabajar por las segundas oportunidades es creer en la resurrección de la dignidad humana», afirmó el prelado, agradeciendo públicamente el apoyo del Gobierno a esta misión que une fe y servicio.

Eucebio Isarama Sargos, beneficiario del programay José Estribi, coordinador General del Plan Libertad, entregaron el premio.

Monseñor José Domingo Ulloa y el el religioso mercedario Fr. Francisco Javier Palomares recibieron la distinción.
Este reconocimiento, otorgado en el contexto del Mes de la Patria, reafirma la importancia de seguir construyendo puentes entre el Estado y la Iglesia, promoviendo una sociedad más justa, solidaria y humana, donde cada persona tenga la oportunidad de volver a empezar.
La labor de los mercedarios y de toda la Pastoral Penitenciaria en Panamá se consolida así como un testimonio vivo de esperanza, recordando que la verdadera libertad comienza en el corazón.



