
El agua que da vida: esperanza en Mbalanine, Xai-Xai (Mozambique)
Tras perderlo todo por las inundaciones, 60 familias en Mbalanine comienzan una nueva vida gracias al acceso al agua y la solidaridad que reconstruye hogares y esperanzas
En un rincón de Xai-Xai, en Mozambique, un pequeño barrio llamado Mbalanine se ha convertido en refugio y símbolo de resistencia para 60 familias que lo han perdido todo. Estas familias fueron desplazadas por las severas inundaciones que arrasaron sus hogares, dejándolas a merced del agua, sin techo, sin pertenencias y, lo más grave, sin acceso a agua potable.
Acogidas por el Instituto de Gestión de Calamidades, llegaron a este lugar con lo puesto. Sólo contaban con unas lonas improvisadas como refugio, sin estructuras básicas, ni servicios sanitarios, ni agua. Una situación límite en la que la vida diaria se vuelve una lucha constante por la dignidad.
Gracias al apoyo de Manos Unidas, y con el compromiso y la presencia directa de nuestros misioneros, en este caso el Padre Juan Carlos Cabrera, mercedario, se ha podido comenzar a dar respuesta a esta emergencia. Lo primero y más urgente: acceso al agua. Con su ayuda, se ha realizado la perforación de un pozo y se ha llevado un grifo a cada terreno, permitiendo que estas familias puedan disponer de agua limpia para beber, cocinar y vivir.



No solo estamos colaborando con la construcción de la torre y la colocación de los depósitos y canalizaciones, sino también en la reconstrucción de sus viviendas. Nosotros aportamos los materiales y ellos, con una admirable voluntad, se encargan de la mano de obra. Es un esfuerzo colectivo, donde la solidaridad y el trabajo compartido están devolviendo poco a poco la esperanza a Mbalanine.



Desde la Fundación Obra Mercedaria, visibilizamos la labor social que los padres mercedarios de la Orden de la Merced llevan a cabo en lugares como este, ayudando en todo lo que pueden, no solo desde la evangelización, sino desde la acción concreta y diaria junto a los más vulnerables.
Esta historia es solo una entre muchas en Mozambique, donde las crisis climáticas y las catástrofes naturales golpean con fuerza a los más pobres. Pero también es una historia de cómo el agua puede ser el inicio de una nueva vida, y de cómo, juntos, es posible reconstruir no sólo casas, sino comunidades enteras.
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