
La cara más personal del Consejero de Justicia de Catalunya
El consejero de Justicia se interesó por la labor social de la Fundación y reflexionó sobre su trayectoria, sus convicciones y los retos de la justicia actual en una entrevista publicada en Proyecto Libertad
Hace algunas semanas, los máximos responsables del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, con quienes mantenemos varias vías de colaboración, vinieron a visitar la Obra de la Fundación y la comunidad de los Mercedarios para conocer de cerca nuestra labor y el impacto de nuestros proyectos.
Nos acompañaron el Sr. Ramon Espadaler, Consejero de Justicia y Calidad Democrática de la Generalitat; la Sra. Maite Casado, Secretaria General; la Sra. Elena Pérez, Secretaria de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima; y el Sr. José María Montero, Director General de Asuntos Penitenciarios.
Durante la visita realizamos una entrevista muy personal al Sr. Ramon Espadaler que posteriormente publicaríamos en la revista Proyecto Libertad (revista oficial de la obra redentora y liberadora de los mercedarios de la Provincia de Aragón), dirigida por el mercedario Fermín Delgado.
Núria Ortín, directora de la Fundación Obra Mercedaria, fue a visitar al consejero en el Palacio de la Generalitat de Catalunya para entregarle en mano la revista y agradecerle su interés, cercanía y predisposición en colaborar con nuestra obra social y futuros proyectos.



Entrevista a Ramon Espadaler, Consejero de Justícia y Calidad Democrática de la Generalitat
¿Quién es realmente Ramon Espadaler?
Ramon Espadaler Parcerisas (Sant Quirze de Besora, Vic, 1963) es esposo de Anna y padre de Miquel, Maria y Queralt, a quienes, demasiado a menudo, he desatendido para hacer política.
Actualmente soy el Consejero de Justicia y Calidad Democrática de la Generalitat de Catalunya y Secretario general de Unidos para Avanzar.
Toda una vida dedicada a la política ¿cómo la entiende usted?, ¿qué es para usted la política?
La entiendo como una forma de ser útil, de crear oportunidades y de resolver problemas, más que de crearlos.
¿Cree que ha valido la pena dedicarse a ella durante tantos años?
Sí. La política me ha dado muchas oportunidades de cambiar cosas y muchas lecciones de humildad, particularmente cuando las cosas no han salido como uno esperaba y esto enseña mucho.
¿Qué opinión tiene del modo como se ejerce la política actualmente? ¿Era mejor antes que ahora, o al revés?
Cada momento tiene cosas buenas y malas. No soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. De la actualidad, lo que más me inquieta es la facilidad con la que se pueden difundir falsedades y con la que se pueden estigmatizar a personas y colectivos.
¿Considera que la opinión que tienen los ciudadanos, especialmente los jóvenes, de la clase política está justificada?
Algo no hemos hecho bien cuando muchos jóvenes no tienen facilidades para desarrollar su proyecto de vida, a pesar de haberse preparado a conciencia.
¿Le gusta ser Consejero de Justicia, o preferiría que le hubieran ofrecido otra Consejería más tranquila y menos llamativa?
El día que el Presidente Illa me propuso responsabilizarme del Departamento de Justicia y Calidad Democrática, le dije que, si hubiera podido escoger, habría escogido exactamente esto.
El Departamento se ocupa de la administración de Justicia, de las prisiones, de los centros de menores, de la memoria democrática, del impulso del Derecho Civil Catalán, de la atención a las víctimas de los delitos o de los asuntos religiosos. Fíjese que ofrece muchas oportunidades de ser útiles a las personas vulnerables o en momentos de vulnerabilidad.
¿Cuáles son los problemas más complicados que se ha encontrado como Consejero de Justicia? ¿Tienen solución?
Encontramos urgencias y encontramos temas importantes. Entre las urgencias, descongestionar a los tribunales y superar el colapso, porque la justicia lenta es menos justa. Entre los temas importantes, impulsar un nuevo modelo de selección y formación de los servidores públicos en las cárceles.
¿Soluciones? En cuanto al colapso judicial, el Plan de choque contra la multirreincidencia en Barcelona y el acuerdo para incrementar notablemente el número de jueces en el conjunto de Catalunya. Y en cuanto a la formación, estamos avanzando en el diseño del nuevo plan, con un acuerdo parlamentario bastante amplio.
Inmigración, menas… ¿están vinculados a un incremento de la delincuencia y, por tanto, de la tensión social al respecto?
Cuando tuve la primera responsabilidad ejecutiva, hace muchos años en la Dirección General de Administración Local, mi referente político, Jacint Codina, persona creyente y de firmes convicciones, quién fue alcalde de Vic, me regaló una imagen románica de la Huida en Egipto de la Sagrada Familia, y me dijo que cuando tratara la inmigración, nunca perdiera de vista que ellos también eran refugiados y migrantes. La igualdad en la dignidad de todas las personas es un punto de partida irrenunciable.
¿Considera que un endurecimiento de las penas es una buena respuesta para frenar el incremento de la delincuencia?
El endurecimiento de penas es una respuesta simple a un tema complejo, que da más votos que soluciones. Las inversiones socialmente más rentables, no son las que se hacen al final (policía, tribunales y prisiones, que son obviamente necesarios), sino las que hacemos al principio de la cadena (educación, trabajo, cobertura social…), dando oportunidades a las personas.
¿Qué respuesta existe desde su Consejería al problema de los delincuentes habituales que entran y salen de las comisarías como si nada?
Descongestionar los juzgados que se ocupan de la multirreincidencia para que puedan realizar los juicios rápidos e inmediatos que establece la ley.
¿Existe colaboración entre Justicia y las entidades que trabajan con los delincuentes o para prevenir la delincuencia?
Es crucial, por muchas razones: porque la Administración no llega a todo, porque en las entidades sociales existe un capital humano que debe aprovecharse y porque las entidades aportan un alma y una proximidad que es imprescindible. En este ámbito, la Obra Mercedaria es encomiable. Por la solidez, por el compromiso, por la sensibilidad y por la trayectoria solvente.
¿Cuenta su departamento con los medios suficientes para desempeñar su labor con eficacia?
Los recursos siempre son limitados o insuficientes, precisamente por eso es necesaria la política. En este sentido, soy fan del alcalde de Rotterdam al que conocí hace unos años y decía que, si tuviera un euro, lo invertiría en educación, si tuviera dos, los invertiría en educación y si tuviera tres, los invertiría en educación… Una forma de poner en valor las políticas sociales de naturaleza preventiva.
¿Alguna experiencia reconfortante que le ayude a continuar con buen ánimo su labor?
Reconforta ver la humanidad de profesionales y voluntarios en las prisiones, en los centros educativos de menores o en las iniciativas orientadas a la reinserción. Pero también reconforta avanzar en el seno de la Administración para conseguir más recursos, una cuestión posiblemente menos visible, pero fundamental.
El último libro que ha leído.
Estoy leyendo «Libertad» las memorias de Angela Merkel, un referente en el terreno de la democracia cristiana y del europeísmo, útil para transitar en momentos complicados como los que vivimos.
¿Qué tipo de música le gusta escuchar?
Soy de música clásica, barroca, sobre todo de JS Bach.
¿Su equipo de fútbol?
Soy poco futbolero, pero culturalmente culé.
Cómo cristiano, ¿a qué santo se encomienda más?
Me encomiendo a mi patrón, San Ramón Nonato, mercedario.
Una canción.
«Sultans of Swing» de Dire Straits, aunque no sé muy bien si porque la canción no envejece o porque yo me he hecho viejo…
Un deporte.
Soy más bien de andar.
Una película.
Soy poco cinéfilo… El 47
Un lugar donde retirarse.
Desde una iglesia, hasta un paseo solitario por el Museu Nacional D’Art de Catalunya (MNAC).
Una virtud.
Escoger a personas mucho mejores que yo para hacer equipo.
Un defecto.
Soy introvertido.
Una tristeza.
Me entristece y me toca cada suicidio en prisión.
Una alegría.
Me alegra comprobar que hay mucha gente comprometida con hacer las cosas bien, capaz de aislarse del ruido político, mediático, de las redes.
Un slogan.
No hagas nada de lo que tu madre no pueda sentirse orgullosa. Creo que lo dijo Jackson Browne.


Publicación original de la entrevista publicada en la revista
Proyecto Libertad (de la página 23 a la 26)