Capítulo 12 de «Temps Mort»: «Maribel, trabajar en la prisión»

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Maribel tiene que volver a casa antes de las 10 de la noche. La pulsera de localización en el tobillo se lo recuerda todo el día. Aun así, se muestra contenta porque ahora vive y trabaja fuera de la prisión de Wad-Ras. Ha encontrado un trabajo que le gusta y donde se siente cómoda, una nueva oportunidad para esta interna que cumple la segunda condena de casi diez años. La reinserción sociolaboral es un aspecto básico en la vuelta a la libertad de cualquier persona encarcelada y, a pesar de que a Maribel las cosas le han salido bastante bien, los programas de formación profesional que ofrecen en la prisión no siempre se ajustan a la realidad de la sociedad.

(Artículo de Temps Mort)

El reto de encontrar trabajo cuando estás en la prisión o has salido hace poco

 

La reinserción laboral es un elemento clave en las prisiones catalanas pero las ofertas de trabajo no siempre garantizan los derechos de las trabajadoras

 

Maribel asocia trabajar en la cocina de Wad-Ras con experiencias positivas en la prisión. Cumple la segunda condena de casi 10 años en el Centro Penitenciario de Barcelona. Ahora, ha vuelto a casa y está contenta porque se ha reencontrado con la familia, tiene un trabajo que le gusta y ya no duerme en la celda. Pero una pulsera de localización en el tobillo le recuerda dónde ha pasado las últimas décadas de su vida.

Es la protagonista del penúltimo podcast de «Temps mort», en Catalunya Ràdio, donde habla sobre cómo le ha cambiado la vida la privación de libertad.

«En el trabajo hay mucha gente que no sabe de donde vengo«

Admite que no se esconde, pero tampoco lo explica mucho. Prefiere disimular la pulsera con los pantalones. Se muestra feliz por haber conseguido un puesto de trabajo al exterior. Mientras estaba interna, hacía de auxiliar de enfermería, y antes, había cocinado para las compañeras gracias a sus conocimientos en hostelería y restauración.

En el modelo de rehabilitación de las prisiones catalanas, la reinserción sociolaboral es un elemento clave. Justicia calcula que el 65% de la población penitenciaria en edad activa está ocupada, es decir, más de 3.600 personas.

El CIRE, el Centro de Iniciativas para la Reinserción, es la empresa pública que se encarga de la formación profesional y las ofertas de trabajo de las personas privadas de libertad en Cataluña. Imprenta, carpintería o manipulación y montaje. Bajo la marca «Made in CIRE», en 2020 elaboraron más de 213 millones de productos para compañías externas y tiendas de todo el país.

Además, también gestionan los servicios de dentro de la prisión como la lavandería, el economato o la cocina. Una oportunidad para adquirir habilidades para muchas personas reclusas que no ha estado exenta de polémica.

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En las prisiones de mujeres, la formación está encaminada hacia la costura o la cocina, con un claro sesgo de género que denuncian varias entidades

Cobrar poco y pagar mucho

Maribel encontró trabajo antes de tener el tercer grado:

«Salía para ir a trabajar y volvía a dormir en la prisión«

El artículo 25.2 de la Constitución garantiza el derecho de las personas privadas de libertad a tener un trabajo remunerado y a los beneficios de la Seguridad Social, un punto de la ley que ha generado controversia.

Los sueldos de las personas encarceladas han estado históricamente más bajos del que indica el salario mínimo interprofesional, hecho que ha tenido consecuencias en los bolsillos de las internas, pero también en la cotización paupérrima que han acumulado después de muchos años de trabajo. Además de un impacto positivo en el ahorro de quien las contrata.

En los últimos años, el gobierno catalán ha apuntado a la necesidad de ajustar sueldos y hacer reformas estructurales. El julio del 2020, el CIRE recuperó la gestión de las tiendas de las prisiones y abarató los precios hasta un 20% después de comprobar el sobrecoste en productos de primera necesidad, como los artículos de higiene femenina, las bebidas o los alimentos.

 

Estereotipos de género

Maribel ya tenía experiencia profesional y dentro solo la ha tenido que poner en práctica, pero la mayoría de las compañeras no disponen de formación académica ni laboral.

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Ilustración de Mercè Nogueras para el podcast “Temps Mort” de Catalunya Ràdio (CCMA)

Soledad Prieto, directora de Wad-Ras, explica a «Temps mort» que la prisión tiene que garantizar «las herramientas porque salgan a la calle en las mejores condiciones competitivas», pero entidades como la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía denuncian que el sesgo de género en la oferta de cursos juega en contra de las oportunidades de las internas.

En los módulos de mujeres suele ir enfocada a tareas tradicionalmente vinculadas al género femenino, como la costura o la cocina, mientras que en los centros de hombres es habitual hacer carpintería o trabajos mecánicos.

La Junta Penitenciaria decidió a principios de año que Maribel tenía un trabajo y una vida estables.

«Yo no propuse la pulsera, me la dieron ellos porque con el tema Covid tampoco podemos ser tantas a sección abierta«

La pandemia ha avanzado la salida en libertad. Un objeto en el tobillo le recuerda cada día que no puede estar fuera de casa entre las 10 de la noche y las 7.30 de la mañana, pero se muestra feliz. Tiene un trabajo que le gusta, se ha reencontrado con la familia y está cómoda en casa. Parece que el viento sopla de cara para la Maribel.

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