Dos casos de éxito: La labor de la Fundación Obra Mercedaria a través de dos testimonios

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Con motivo del día de la Virgen de la Merced, patrona de los centros penitenciarios y de los cautivos, la Cadena Cope emitió 2 audios con la Fundación Obra Mercedaria de protagonista

 

Dos audios que definen muy bien nuestra encomiable tarea en el mundo penitenciario.

Por una parte, tenemos a Jesús Bel, director del Hogar Mercedario de Barcelona, y a Antonio un testimonio que fue acogido por los mercedarios y que ahora colabora con nosotros.
Y por la otra a José, otro testimonio que paso por nuestras casas de acogida, y a nuestra directora de la Fundación Núria Ortín, explicando de forma muy clarividente la labor que llevamos a cabo los mercedarios.

 

Antonio: «No pensé que fuera a tener tanta fe hasta que conocí a los Mercedarios»

Podemos conocer la labor de la Fundación Obra Mercedaria a través de la historia de Antonio, que estuvo varios años en prisión

 

«En la Orden de la Merced nos dedicamos principalmente a trabajar en este tipo de centros y ayudar a estas personas a reinsertarse en la sociedad y salir de la situación que los ha llevado a la cárcel», explica el padre Jesús Bel antes de presentarnos a Antonio. Es un nombre ficticio porque este hombre de 60 años prefiere contarnos su historia desde el anonimato.

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Hogar Mercedario de Barcelona: La hora de comer, un momento perfecto para compartir, entre los mercedarios y los internos

«Mi madre era alcohólica y, para haberme criado yo solo, tenía una vida de lo más normal del mundo. Lo que pasa es que vi la oportunidad de ganar dinero con la cocaína y, como cualquier persona que está sola, cada vez quieres más», comenta con arrepentimiento. «Y un día no tenía con qué pagar a los ‘capos’ y tuve que salir corriendo por la puerta de atrás del bar donde trabajaba. Si no les daba el dinero que me pedían, me pegaban dos tiros. No pensaba yo que iba a tener tanta fe hasta que conocí a estos padres, y siento mucho emocionarme, pero nunca te abandonan», sentencia Antonio.

La historia de Antonio puede ser la de cualquier otra persona que se vea sola y desamparada, asegura ahora que lleva varios años gozando de su libertad. En su día, la Fundación le ofreció una casa en la que pasar sus permisos y, una vez cumplió su pena, lo arropó hasta que pudo salir adelante él solo. A cambio de lo que la Fundación Obra Mercedaria hizo por él, ahora colabora para sacar adelante a los nuevos acogidos en esos pisos.

Aquí puedes escuchar el primer audio:

Historia de una reinserción: «Era indigente y preferí robar que pedir»

La Fundación Obra Mercedaria ayudó a José a recuperar su vida después de perder su familia y su trabajo y pasar por un centro penitenciario

 

La historia de José comienza poco después de perderlo todo y acabar en un centro penitenciario privado de su libertad. Allí pasó varios años internado por robos de todo tipo, porque en su momento, hace 11 años, tuvo que decidir entre la mendicidad y los atracos.

«Era indigente, prácticamente. Cada día dormía en un sitio», cuenta aún con tristeza José. «Cuando estás necesitado y no tienes posibilidades a veces prefieres robar que mendigar, aunque parezca una tontería».

En aquel momento, el protagonista de esta historia estaba casado, tenía dos hijos y trabajaba como transportista, como había hecho desde su juventud. Sin embargo, la vida le deparó el peor de los reveses que pudo haberse imaginado: lo echaron del trabajo, su mujer lo dejó y acabó alejado de sus hijos. Lo perdió todo y su vida se volvió un infierno.

Por suerte, ahora puede contar lo arrepentido que está de la decisión que tomó en aquella difícil disyuntiva que le presentó la vida. Solo el paso de los años y toda la ayuda que recibió desde que ingresó en el centro penitenciario le permitió salir adelante y reinsertarse en la sociedad.

En realidad, José es un nombre ficticio. Nos ha pedido que guardemos su anonimato para ocultar su verdadera identidad. Cuando sucedieron estos lamentables hechos este catalán de barrio humilde tenía 45 años. Hoy, once años después, ha perdido el contacto con su mujer y sus hijos, pero lo ha ganado con los que siempre estuvieron allí: la Fundación.

«Su labor es muy interesante. Por ejemplo, de no ser por ellos, yo no habría conseguido mi primer permiso, porque para que te lo concedan necesitas una casa donde quedarte y alguien que se haga responsable de ti». Con estas palabras a ‘Mediodía COPE’, José quiere agradecer todo lo que los mercedarios hicieron por él, aunque -asegura- cualquier agradecimiento es poco.

«La Pastoral Penitenciaria es la presencia de los sacerdotes en las cárceles, donde median entre los reos y el exterior, y para muchos son toda una esperanza«, asegura Nuria Ortín, directora de la Fundación Obra Mercedaria que ofrece servicio en Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares. «La Fundación intenta prevenir el delito, acompaña durante la pena y acoge al final en los pisos de acogida«.

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Uno de nuestros hogares de acogida: Hogar Mercedario de Zaragoza

En todo el país hay 160 sacerdotes y 2.500 voluntarios entregados en esta causa. En concreto, la Fundación Obra Mercedaria atendió el año pasado a 365 personas en sus diez hogares de acogida.

«La gente dentro de la cárcel está muy sola y necesita que alguien los escuche porque hay mucho trauma y mucho daño. Hay gente en los centros penitenciarios que entra por necesidad, como la historia de José, y este acompañamiento ellos lo consideran como algo muy positivo«, ha dicho Nuria Ortín en ‘Mediodía COPE’.

Aquí puedes escuchar el segundo audio:

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